Niñez respetada y protegida es por uno de los temas que Aldeas Infantiles SOS trabaja y convoca a todos los Estados, sociedad civil y comunidad a trabajar juntos y aunar esfuerzos para poner fin al maltrato, explotación, trata, tortura, negligencia y todas las formas de violencia contra la niñez (ODS 16.2) todos los días, y en especial, este 19 de noviembre, que se conmemora el Día mundial para la Prevención del Abuso contra Niñas, Niños y Adolescentes y el 20 de noviembre, Día Universal de la Niñez.
Dos razones de peso por las que la organización reafirma su compromiso con la niñez y contribuye, en 20 países de la región de América Latina y el Caribe a garantizar el derecho de niñas, niños, adolescentes y jóvenes a vivir en familia sin violencia. Este compromiso además está enmarcado en la Convención sobre los Derechos del Niño y otros tratados y normas internacionales de derechos humanos, que se refuerza a través de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
A pesar de lo anterior, las desigualdades sociales y de género, las pautas culturales y los conflictos o desplazamientos, son aspectos que detonan el incremento de la violencia contra la infancia, convirtiéndose aún en un componente real en la vida de millones de niñas, niños y adolescentes en todo el mundo. Viéndose su desarrollo afectado por los graves abusos sufridos o como consecuencia del abandono al que se ven sometidos, todo esto se ve claramente reflejado en afectaciones en su proceso de aprendizaje y su capacidad de alcanzar su potencial en su proceso de desarrollo.
Según el informe de Unicef “Ocultos a plena luz”, alrededor de 6 de cada 10 niños del mundo (unos 1.000 millones) de 2 a 14 años de edad sufrieron de manera periódica castigos corporales a manos de sus cuidadores. Casi una cuarta parte de las niñas de 15 a 19 años del mundo (unos 70 millones de niñas) dijo haber sido objeto de alguna forma de violencia física desde los 15 años de edad. Unos 120 millones de niñas de todo el mundo (algo más de 1 de cada 10) han sido víctimas de relaciones sexuales forzadas y otras agresiones sexuales en algún momento de sus vidas. Alrededor de 3 de cada 10 adultos del mundo creen que para criar o educar de manera adecuada a un niño es necesario apelar al castigo físico. Casi la mitad de las niñas de 15 y 19 años de todo el mundo (unos 126 millones) creen que en algunas ocasiones se justifica que los maridos o las parejas íntimas golpeen o agredan a sus cónyuges.
DESGLOSE DE DATOS:
Violencia doméstica:
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2 de cada 3 niños y niñas menores de 15 años experimentan algún tipo de disciplina violenta en el hogar (psicológica y física).
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1 de cada 2 niños y niñas menores de 15 años es sometido a castigo corporal en el hogar.
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A nivel mundial, 1.100 millones de cuidadores (o algo más de 1 de cada 4) dicen que el castigo físico es necesario para criar o educar adecuadamente a los niños y niñas.
Violencia de género:
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1 de cada 4 mujeres jóvenes se casó/unió antes de los 18 años.
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4 de cada 10 niñas entre 15 y 19 años, han experimentado alguna vez violencia por parte de su pareja.
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1.1 millones de niñas adolescentes de 15-19 años han experimentado violencia sexual o cualquier otro acto sexual forzado.
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En todo el mundo, 1 de cada 4 niños menores de 5 años (176 millones) viven con una madre que es víctima de violencia de pareja.
Violencia Letal:
Niños, niñas y adolescentes en tránsito
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7 millones de migrantes son personas menores de 18 años, en las américas (incluye todo el continente americano).
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Se ha producido un aumento de la migración femenina en estos últimos años, teniendo como causas principales los motivos socioeconómicos y el abuso o violencia sexual.
En Aldeas Infantiles SOS somos conscientes de los altos niveles de violencia hacia niñas, niños y adolescentes presentes en la región de América Latina y el Caribe (LAAM), por ende, a través de la Política de Protección y la Política de la Promesa de Cuidado SOS se ha ratificado nuestro compromiso con la calidad del cuidado y la protección de niñas, niños, adolescentes y jóvenes participantes de sus programas, apuntando sobre todo a facilitar espacios de entornos protectores y seguros en todos los programas y se pueda prevenir y abordar, desde un enfoque de derechos los riesgos y las situaciones de abuso que se puedan presentar en contra esta población, a través de diversas estrategias y herramientas.
VIOLENCIA EN LA NIÑEZ EN TIEMPOS DE COVID-19
Actualmente la crisis actual por el COVID-19 ha incrementado la pérdida de empleos, confinamiento excesivo y ansiedad por motivos de salud y económicos, incrementan el riesgo de violencia en el hogar y sobre todo la violencia hacia niñas y niños por parte de sus cuidadores.
Según datos estimados por Visión Mundial (2020), se estima que la violencia doméstica se ha incrementado de forma alarmante y en muchos países el número de llamadas a las líneas de ayuda se habría duplicado, pero con poca o casi una nula reacción por parte de los organismos de protección ya que por el COVID-19 sus acciones de seguimiento se han visto limitadas a fin de evitar la propagación del virus y con el cierre de las escuelas se imposibilita identificar casos y signos de maltrato. Así mismo, otro efecto importante de la pandemia es el aumento de la cantidad de tiempo que los niñas, niños y adolescentes invierten en el uso de la internet, lo que podría aumento el riesgo de sufrir ciberacoso o algún tipo de abuso online.
Uno de los aspectos que preocupa es la afectación de los sistemas y servicios de protección dirigidos a las niñas, niños y adolescentes, ya que se encuentran operando con menor capacidad y esto repercute en debilidades en la detección, respuesta y prevención de la violencia. Lo anterior, limita las opciones para los niños, niñas y adolescentes de huir de las situaciones violentas o denunciarlas, debilitándose inclusive su red de apoyo, lo cual tiene un impacto importante en su salud, y bienestar físico y emocional, aumentando así los riesgos a ser vulnerados.
Por otro lado, los expertos estiman que debido a la elevada cantidad de muertes por COVID-19, muchas niñas y niños perderán a uno o ambos padres u otros cuidadores, La niñez que han perdido el cuidado familiar son particularmente vulnerables a diferentes tipos de violencia y explotación, como la explotación sexual, la trata y tráfico de personas, explotación laboral, entre otros.
Según el Informe de Human Rigths watch “Efecto del COVID-19 en los niños”, la actual crisis acentúa el riesgo de explotación sexual por Internet, se ha identificado mayor actividad en línea de quienes buscan materiales relacionados con abuso infantil. Las niñas y niños pasan más tiempo navegando por internet y es probable que el aislamiento y confinamiento aumente el riesgo de sufrir ciberacoso o algún tipo de abuso online.
De esta forma, ante la situación de emergencia, como organización se visibiliza los riesgos de desprotección, y sobre todo, se promueven acciones preventivas para disminuir la violencia en las familias y los hogares.